Dice el refrán americano que cuando catas un negro no lo dejas ya, y Avena no quería ser menos.

Pues este buen corto entre Avena y su amigo moreno trascurre en la cama, y al ver el tamaño del pene del chico sale corriendo. Pero vuelve, porque para eso ha ido a que la hinque un buen negro ya.

La verdad es que Avena va a tener que lubricar bien esa polla a base de lamidas para que pueda entrar, y a él no creáis que le importe mucho.

Entrará mejor esa polla cuando la pone a cuatro patas sobre la cama y el tío empieza a empujar y la pobre Avena a gemir de gusto… pobrecita.

Yo he disfrutado viéndolo como hacia tiempo que no disfrutaba, vosotros diréis.