Dylan quiere decorar su nuevo hogar, y su hijastro no es que la aprecie mucho, hasta que ella saque sus armas de mujer.

Estamos acostumbrados a oír que para arreglar las cosas hacen falta dos cosas: dialogo y talante.

De diálogo Dylan no va muy sobrada, pero de ‘delante’ si, y para conseguir que su hijastro le deje decorar algo de su nueva casa tendrá que usar sus armas de mujer.

Cierto que él, tan pronto ve esas grandes y bonitas tetas, la discusión no le importa ya nada. Es que está muy buena.

De todas formas, será él quien se la folle con tanto ahínco como ella estaba buscando. Si nó, mirad cuando la tumba sobre el sofá y la embiste y ella solo puede que gritar y esperar que acabe corriéndose sobre ella.